Los mapas mentales se han convertido en una pieza indispensable en el mundo educativo, en el mundo profesional y de la empresa, así como en general donde existe un flujo de ideas y se desee plasmar las mismas para ayudar a plasmarlas, fijarlas, estructurarlas y organizarlas.
Mapas mentales para la vida diaria
En realidad, los mapas mentales son también un elemento muy interesante en la vida particular de cada una de las personas para muchas cosas que quiera plantearse. Realizarse un mapa mental de algo que quiera hacer y plasmarlo para visualizar de forma gráfica todo su proceso y ejecución es una práctica muy sana y saludable.
Los mapas mentales permiten poner así orden a un flujo de pensamientos dispersos sobre un determinado tema. Los mapas mentales permiten identificar visualizando mejor los puntos clave de un determinado tema e incluso entender las ramificaciones y derivadas del mismo.
Por todo lo anterior los mapas mentales son útiles prácticamente para cualquier tarea de la vida. Si nos planteamos quiénes somos y dónde queremos ir y tenemos un proyecto de vida pero no sabemos cómo llevarlo a la práctica un mapa mental puede ayudarnos a poner en situación, si tenemos un proyecto cualquiera para no sabemos por dónde avanzar el mapa mental también puede servirnos para ponernos en situación y ayudarnos a avanzar. Y así tantos ejemplos como se quieran poner sobre los mapas mentales.
Mapas mentales para la toma de decisiones
Ahora bien, donde los mapas mentales adquieren su entera y plena dimensión es en la vida profesional y empresarial, en estos ámbitos son piezas indispensables. Y son piezas indispensables tanto si se habla de los mapas mentales como un elemento singular e individualizado que lo realiza un profesional para organizarse y llevar a cabo una tarea o encargo cualquiera, como si se realiza a nivel de departamento, o incluso de empresa mism, para plasmar todo aquello que, por ejemplo, pueda surgir en un proceso de brainstorming sobre cualquier tema que afecte y ataña a la misma.
Pero, ¿cómo se plasman en la práctica los mapas mentales? En realidad no existe una única respuesta a esta pregunta. La respuesta dependerá de cada persona y de cada organización. No hay un mapa mental correcto ni incorrecto, todos son correctos en la medida que resulten útiles. Ahora bien, por supuesto, existen unas pautas generales que nos ayudarán a entender lo que de forma teórica debe de ser un mapa mental.
Un buen mapa mental será aquel que gráficamente nos ayude a representar y organizar un conjunto de ideas o planteamiento. Así, cuanto más rico a nivel de contenido pero simple para su visualización, mejor. Un mapa colorido, que exprese ramificaciones y que permita visualizarse fácilmente de un vistazo puede llegar a ser un mapa mental ideal para la gran mayoría de casos.